jueves, 30 de julio de 2015

[Siri] Un mes para olvidar

Por fin he podido apartar a este gordo de la pantalla. Últimamente solo quiere escribir él, y cuando le intento quitar me ladra. Vosotros no lo habéis visto, pero bajo ese aspecto fofo hay espacio suficiente para que resuene un gruñido muy fuerte.

Como habéis podido imaginar, sí, después de tanta espera y entradas sin sentido que hacía mi hermano, hoy Siri vuelve a coger los mandos. Ya podéis estar felices.



Aunque hoy no tengo nada bueno que contar. No, no, no. Todo lo contrario. Quiero explicaros el mes tan malo que he tenido.

sábado, 25 de julio de 2015

Mamá, ¿dónde estás?

¡Guau!

«¿Mamá? ¿Dónde estás, Mamá?»

No puede ser. Me han vuelto a abandonar. «¿Dónde se ha metido?» Vi salir por la puerta a Hermanito con Mamá y solo ha vuelto él. Al principio no me había preocupado. Seguramente se había ido a dar una vuelta con alguna amiga, no puedo pretender ser yo el único que le dé felicidad dejándome acariciar, pero es que ya han pasado más de dos paseos ¡Y ella no aparece!

¿Se habrá cansado de mí? Seguro que ha encontrado otro perro más bonito. No, no… eso no es posible. ¿Más bonito que yo? Lo más probable es que vuelva más tarde. ¡Ya sé! Voy a darle una sorpresa. Bajaré hasta la puerta de su habitación y esperaré allí hasta que vuelva.




jueves, 16 de julio de 2015

¿Estoy en la Gran Vía de Madrid?

Hoy os traigo algo distinto. Si alguno de los presentes acostumbra a leer mi blog principal, sabréis que una de las cosas que más me gusta hacer con mi tiempo es aprender, y que por ello he dedicado muchas horas este año ha realizar diferentes cursos. El último que he llevado a cabo era uno de comunicación escrita en Cálamo & Cran, en cuya prueba final me daban la oportunidad de redactar un texto que contase la historia de un perro que se despierta en la Gran Vía de Madrid, entre otras muchas opciones. 

Está claro cual elegí, ¿verdad? Os dejo con mi pequeño relato. Espero que os guste leerlo.


sábado, 4 de julio de 2015

Mi nuevo mejor amigo

Gua… agua….

Hace calor. No sé si lo habéis notado, pero hace mucho calor. Parece que estoy en la máquina que  cocina salchichas. Y si tú tienes calor, ¡imagínate yo! ¿Has visto cuánto pelo tengo? Y aun así me toca hacer todas las tareas del hogar: jugar, abrazar, ladrar… me siento estresado en esta época del año. Si hubieseis visto los gritos que metían el otro día las amigas de mi hermanito cuando fui a saludarlas. ¡Y una me llamó gordo! A esa me la voy a comer la próxima vez.



Cuando salgo a pasear me quiero volver pronto a casa. Salchichas, si es que la lengua se me seca de tanto sudor.  Sé que le estoy haciendo un favor a mi hermanito, que así puede estirar las piernas, pero oye, que esto es imperruno… Ya no tengo ganas ni de ladrar al resto de los perros. Con eso os lo digo todo.